La transición energética es incluso más que abrazar al Hermano Sol

En 2015, la Parroquia franciscana de la Inmaculada Concepción en Durham, Carolina del Norte, se certificó como una parroquia verde por GreenFaith, un movimiento global y multi-religioso del clima y el medio ambiente. Desde entonces, la parroquia ha continuado construyendo sobre la base de la educación ambiental, la defensa y la administración a través de una Feria anual del Día de la Tierra que se celebra durante la Temporada de Creación como una celebración de una semana de la Fiesta de San Francisco la primera semana de octubre.

La parroquia también ha dado grandes pasos para que todas sus instalaciones sean más ecológicas. En los últimos dos años, toda la iluminación en la parroquia, la escuela, el edificio de oficinas parroquiales y 6 remolques se han cambiado a bombillas LED a un costo neto de aproximadamente $ 25,000 después de los reembolsos y una gran cantidad del trabajo realizado por voluntarios. La iglesia ahora tiene un ahorro en las facturas de energía de aproximadamente $ 1,000 por mes. La conversión incluyó el reemplazo de grandes bombillas reflectores en el santuario que usaban casi 10,000 vatios cada uno con conjuntos de LED que ahora usan solo unos 300 vatios cada uno. Además, debido a la reducción en el calor producido por las bombillas LED, el uso de aire acondicionado también ha disminuido.

Mientras que los cambios en la iluminación se hacían, el Equipo Verde de la parroquia exploraba formas de agregar paneles solares a algunos de los techos de la parroquia para disminuir aún más la huella de carbono de la comunidad. Para hacer el proyecto financieramente factible, se consideraron muchas propuestas y se hicieron intentos para solicitar los reembolsos de “Duke Energy”. Desafortunadamente, “Duke Energy” cambió sus procedimientos de solicitud varias veces, lo cual retrasó la solicitud de la iglesia y eso provoco que no obtuviera fondos. Desde entonces, el ofertorio semanal de la parroquia ha disminuido substancialmente debido a la interrupción de las Misas en persona, por lo que el proyecto solar está en espera hasta que las finanzas de la parroquia se estabilicen.

Afortunadamente, antes de que la crisis de COVID-19 detuviera muchos proyectos de instalaciones planificadas (por ejemplo, nuevo techo, nuevo sistema de sonido), la parroquia completó la instalación de una nueva caldera en marzo. La caldera anterior tenía más de 40 años, pues fue instalada antes de la construcción de la nueva iglesia, pero aún funcionaba calentado tanto el antiguo espacio (ahora convertido en el vestíbulo en la entrada de la iglesia) como la nueva iglesia. El gerente de las instalaciones de la parroquia hizo que un ingeniero revisara las cargas de calefacción y refrigeración de los dos espacios. Durante el proceso de construcción, se eliminaron muchas ventanas y se agregó aislamiento al antiguo espacio. El tamaño calculado de la nueva caldera era solo aproximadamente un tercio del que ocupaba la Antigua caldera. La vieja caldera no tenía una calificación de eficiencia, pero probablemente era solo un 70% eficiente en el mejor de los casos y, como era demasiado grande, funcionaba en ráfagas cortas y luego se apagaba rápidamente, desperdiciando aún más calor. La nueva caldera tiene una calificación de eficiencia del 93-95% y también fue seleccionada por su capacidad de ventilación directa, ahorrando el costo requerido para inspeccionar y reparar la chimenea actual. La nueva caldera debería ahorrarle a la parroquia alrededor del 25-30% sobre la anterior, y alrededor del 10% sobre la caldera más barata disponible. Aún no hay datos disponibles sobre estos ahorros.

Mientras se esperan por la instalación de los paneles solares, el Equipo Verde de la parroquia ahora está explorando un plan para asociarse con una organización local sin fines de lucro, Trees Durham, para sembrar al menos 100 árboles en la propiedad de la iglesia y en las áreas de la ciudad que carecen de un buen follaje; coincidiendo en áreas con practicas racistas determinadas como “redlining” en los años 50 y 60. Los beneficios de los árboles para la salud son bien conocidos, además que eliminarán el carbono del aire. La siembra de árboles es una de las mejores formas de mitigar nuestra huella de carbono y avanzar en los esfuerzos de cuidado de la creación.

Maryann B. Crea
Ministra de Justicia, Paz e Integridad de la Creación
Iglesia Católica de la Inmaculada Concepción

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Publicado el

15 junio 2020

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