Creemos
La crisis sanitaria provocada por la Pandemia COVID-19 ha venido a recordarnos nuestra fragilidad y nuestros límites. Con dolor hemos visto la muerte de tantas personas, nadie ha quedado ajeno, ni se ha visto libre de esta emergencia internacional, así de cierto es que todo esta íntimamente relacionado. A pesar de la incertidumbre, no perdemos la esperanza. Hoy, más que nunca se nos presenta la oportunidad de pensar un nuevo mundo posible. En este contexto creemos que las enseñanzas de la Encíclica Laudato Si’ pueden ofrecer un marco más humano y fraterno para pensar un desarrollo integral y más justo para todo el género humano.
Por cuanto, como franciscanos y franciscanas, no podemos quedarnos al margen de la transformación pacífica no violenta, sino por el contrario ser activos, creativos y valientes participantes en ella. El Papa Francisco, construyendo sobre las enseñanzas de San Juan Pablo II y su llamamiento a la conversión ecológica, nos llama a responder a “la urgente necesidad de una gran revolución cultural” (LS.114). En medio de tantas crisis, nuestra civilización contemporánea necesita la visión del mundo y los valores franciscanos. No podemos enterrarlos, sino asumir los riesgos creativa y valientemente, de modo que podamos convertirnos en trovadores de esperanza, artesanos de una sociedad nueva, transformada, y ser parábolas vivientes del Reino de Dios.
“Dado que todo está íntimamente relacionado, y que los problemas actuales requieren una mirada que tenga en cuenta todos los factores de la crisis mundial, propongo que nos detengamos ahora a pensar en los distintos aspectos de una ecología integral, que incorpore claramente las dimensiones humanas y sociales”
(Papa Francisco, LS. 137)